domingo, 16 de enero de 2011

"Nuestros hijos heredarán una Tierra de mierda"


ENTREVISTA: MERCEDES SAMPIETRO, actriz

Puente de diciembre soleado en Almería, gente sin jersey ni abrigo por la calle, niños en manga corta. La única que no parece disfrutarlo es Mercedes Sampietro, homenajeada por el Festival de Cortos de la ciudad. Tan buen tiempo a estas alturas del año le parece "una tragedia". "Me duele que no haga frío, en principio porque a mí me gusta mucho, soy de tensión baja y me viene mejor, me estimula. Pero, aparte de lo personal, es trágico. Y no nos damos cuenta, incluso nos alegramos". A la actriz le preocupa el cambio climático, pero como no es ninguna experta se muestra reacia a opinar demasiado. "No me gusta hablar por hablar", argumenta. Aunque termina mojándose, como ha hecho siempre. Defiende que su mundo, el del cine, ha de visibilizar lo que ocurre, no puede ser neutro. En su primer corto, Turismo (2009), aborda la venta de órganos y las diferencias entre ricos y pobres.

Marchó de su Barcelona natal a Madrid para debutar en el teatro en 1970.

En Madrid todavía nevaba todos los años, varias veces, y el frío era intensísimo, igual que el calor... En el fondo es algo que sabemos todos, pero como no se hace nada...

¿Por qué cree que no se está haciendo nada?

Pues yo qué sé. Ocurre que estamos en un sistema que no se puede parar, según dicen los que mandan. Si se interrumpe por un lado, se cae todo lo otro, y eso otro es fundamental para que el sistema continúe... En una trampa, creo, con poca solución.

La Cumbre del Clima de Cancún arrancó con un titular, "Empieza una cumbre sin esperanza", y terminó con otro, "Acuerdo descafeinado". ¿Le sorprende?

Lo que sorprende es que recibamos este tipo de noticias como si no pasase nada. Si al menos hubiera un clamor popular. Si al menos los políticos dijeran, vamos a esto, y no se puede arreglar por esto, por esto y por esto. Pero no. Se reúnen en Cancún y todo el mundo sabe de antemano que no va a pasar nada, salvo que van a gastar un montón de dinero.

¿Conclusión?

Será que no podemos o no sabemos cómo hacerlo, pero vivimos una época de adormecimiento general, de resignación.

Sus principales inquietudes medioambientales.

Me preocupa algo no tanto medioambiental como social: por qué nadie dice, en serio y con claridad, el porqué de esta crisis. Todo es mentira, apaños, enjuagues.

¿También con respecto al cambio climático?

No es verdad que podamos contribuir cerrando el grifo. Sí, sí, el grifo se cierra, por supuesto. Pero el problema no somos nosotros, son las grandes industrias, es otro tipo de cosas. ¿Por qué no nos lo cuentan claramente? Y nos dicen: señores, no tiene solución, por esto y por lo de más allá, y vamos a buscar una alternativa.

Está indignada.

¿Cómo que tiene la culpa la persona que se ha endeudado hasta las cejas cuando tú has hecho que se endeude? ¿Qué es esto que está pasando tan feo, que no se va a arreglar y que se va a volver reproducir, pero siendo todos mucho más pobres? Y nuestros hijos heredarán una Tierra de mierda. Sé que no estoy diciendo nada novedoso, pero es lo que me indigna en este momento. Mucho.

"Vivimos una época de adormecimiento general, de resignación. Nadie hace nada"


Personas que antes negaban el cambio climático ahora ven negocio en combatirlo.

Algo así como "aprovechemos para ganar más dinero". Lo niegas mientras crees que va a perjudicar tus intereses, pero cuando es una salida para ganar pasta, entonces lo aceptas... Bueno, son coherentes, están dentro de su sistema de vida, de esta vida dominada por el mercado. Hay un tipo de aspiración, no me atrevo a llamarla ideología porque respeto demasiado esa palabra, que solo piensa en ganar más.

¿Qué posibles soluciones ve?

No sé, no he reflexionado tanto. Supongo que ha de ser una solución global, de conjunto. Un país no puede hacer nada, dependemos los unos de los otros. Si se pusieran de acuerdo, si de verdad lo intentaran...

ELENA SEVILLANO 14/01/2011

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